Fui testigo de algunas de aquellas primeras conversaciones cuando, por parte de altas instancias de esta Universidad, se empezaba a fraguar la idea de crear una Cátedra de Flamencología en la UCO. ¿Por qué no? se decía.
Recuerdo el gesto de vértigo, pero también de ilusión y responsabilidad al mismo tiempo, por parte del siempre recordado Agustín Gómez. Imagino, debió ser parecido al que tendría un servidor, cuando se me comunicó por parte del Vicerrector y el Consejo Asesor la resolución tomada, designándoseme para ocupar este puesto.
Por todo ello y mucho más, asumo el desempeño de esta labor con la responsabilidad y el orgullo que cabe esperar por tan alto privilegio.
Será prácticamente imposible que mi gestión al frente de esta institución esté libre de errores y encuentre un consenso unánime de satisfacción por parte de quienes hacen posible esta realidad, que no son si no el equipo humano de alumnos y alumnas que acuden con entusiasmo a cada sesión que, semanalmente, celebramos a lo largo de cada curso.
Lo que sí puedo garantizar de manera firme y con total rotundidad, es que estaré siempre a punto para dar lo mejor de mí mismo e intentar estar a la altura que esta noble tarea exige. A ello me deberé y consagraré, siendo hoy por hoy, como no podría ser de otro modo, mi mayor prioridad profesional, en tanto en cuanto sea depositario de la confianza del órgano responsable en esta Universidad.
Por supuesto, estaré siempre dispuesto a escuchar y leer vuestras inquietudes, que podréis hacer efectivas mediante el panel de Contacto y Sugerencias de esta página, con el ánimo de ir mejorando día a día.
Os animo a que, si sois amantes del flamenco en cualquiera de sus manifestaciones, o simplemente sentís algún atisbo de curiosidad, forméis parte de esta gran comunidad de extensión universitaria, con el ánimo de seguir aprendiendo y disfrutando juntos de este arte, que nos une, nos apasiona y nos pertenece.
Nos vemos en clase.