Soldados de Salamina: ¿un cuento de Navidad de Javier Cercas?

5 años 1 mes antes - 5 años 3 semanas antes #52 por club-lectura
Soldados de Salamina (2001), en una primera lectura que se quede en el exterior, puede tratar sobre cómo un escritor, el propio Cercas, se entera de lo que le ocurrió en la Guerra Civil Española a Rafael Sánchez Mazas , fundador de la Falange y escritor hoy ya casi olvidado, y decide escribir una novela sobre ello: en la retirada tumultuosa del ejército republicano, en los últimos días de la Guerra Civil Española, Rafael Sánchez Mazas es llevado a un claro del bosque contiguo al monasterio del Collell que hace de prisión, y fusilado junto con otros 30 presos. Sánchez Mazas no muere, porque en el momento de la descarga huye y se interna en el bosque donde cae en una hoya y se esconde, escuchando los tiros de gracia que rematan a los fusilados que aún viven. Estando ahí escondido, es descubierto por uno de los soldados republicanos encargado de buscar a los que habían corrido que, mirándolo directo a los ojos, había respondido a la pregunta de '¿hay alguien ahí?' con 'aquí no hay nadie'. Con esa respuesta incomprensible el soldado había salvado la vida de su enemigo. Hasta ahí la anécdota, y a partir de ahí, todo lo demás, es decir, la posible interpretación del libro que lo convierte en una amalgama de significados y temas que, como club de lectura que somos, intentaremos desgranar. El Cercas escritor, protagonista del libro, se obsesiona con esta historia, que, a pesar de parecer sorprendente, en realidad, ha ocurrido en las guerras más veces de las que nos pensamos, y en un momento álgido de su vida en el que ha perdido su trabajo, lo ha dejado su mujer (hablamos de la ficción), y se plantea el sentido de su profesión de escritor, se agarra a ella como una tabla de salvación. Tras investigar y conocer a los protagonistas de la historia (algunos vivos), escribe el libro sobre el que él piensa que es el protagonista: Sánchez Mazas y su buena suerte. Cuando lo termina, se siente más o menos satisfecho, pero ve que le falta algo, ese algo que hace a un libro diferente y único en su especie, y que convierte a alguien en escritor de verdad. Entonces, en una conversación con Roberto Bolaño (también protagonista del libro), éste le habla de Miralles, un ex combatiente de muchas guerras al que ha conocido en el cámping en el que trabaja, y que Cercas quiere creer que es el miliciano que le salvó la vida de Sánchez Mazas (el hilo que los une es el pasodoble Suspiros de España ). En ese momento, el escritor se da cuenta de que la novela no va sobre un falangista y sobre la Guerra Civil, sino sobre la posibilidad de los héroes y del heroísmo, de que los muertos no lo están mientras haya alguien que los recuerde, y así piensa que el verdadero protagonista es Miralles, por lo que encontrarlo se convertirá para él en una obsesión. Cuando al final lo hace, en una residencia de ancianos de Dijon, en la conversación que ambos mantienen, para desesperación del lector no se aclara si fue él quien le salvó la vida a Sánchez Mazas o no, pero, de todas formas, este asunto pierde nuestro interés porque tampoco Miralles es el protagonista del libro, sino que la esencia de la historia se encuentra en el Cercas escritor protagonista y de cómo éste renace tras ese encuentro, de cómo la Poesía triunfa frente a la Historia, como forma superior de conocer la verdad, de por qué alguien encuentra una historia y decide convertirse en escritor y, eso lo añado yo, le acaba saliendo un libro tan redondo pero a la vez con tantas aristas.
Soldados de Salamina obtuvo en su momento un éxito inusitado, casi de best-seller, a lo que contribuyó en gran medida un elogioso artículo de Mario Vargas Llosa , en el que decía cosas tan positivas como que “lo que sin proponérselo nos cuenta la novela es la naturaleza de la vocación de un escritor, y cómo nace, deshaciendo y rehaciendo la realidad de lo vivido, la buena literatura”. Vargas Llosa la define como “sutil artificio de construcción”, y en esto Javier Cercas es un maestro (véase o léase ese encaje de bolillos que es Anatomía de un instante). No todo fueron alabanzas. También hay quien pensó que la flauta sonó por casualidad, aunque viendo la trayectoria posterior de Cercas, no lo parece, e incluso hay otros que la vieron como novela fallida.

David Trueba la adaptó al cine , cambiando el género al protagonista: en lugar de Javier Cercas, quien escribe la historia es una mujer, Lola Cercas (encarnada por una extraordinaria Ariadna Gil). Muy interesante para conocer la relación entre novela y película es el libro “ Diálogos de Salamina ”, en el que escritor y director hablan largo y tendido sobre la novela y su adaptación al cine. En ese libro, Javier Cercas se confiesa y dice cosas tan interesantes como esta: “Lo que hay entonces en la novela y en la película, para mí, es un canto a esta pureza moral, milagrosa, de determinadas y excepcionalísimas personas. Pero no hay (…) ideología. Lo que hay es esa celebración del instinto, del instinto de la virtud. Nada más.”
Y nada menos. De ahí lo de verla como un cuento de Navidad (tengo que confesar que, si no llega a ser por las fechas en las que estamos, jamás se me hubiera ocurrido).

Os dejo el libro completo (en pdf y txt sólo si estáis registrados) y por supuesto que también lo tenemos, junto con otras obras de Javier Cercas , en la Biblioteca de la UCO.

Para terminar, deciros que mañana, a las 12.00 h. se va a celebrar el Homenaje a Eduardo Galeano en la Facultad de Derecho de la UCO, al que estáis todos invitados; también desearos un feliz Día de la Lectura en Andalucía , que se celebra hoy y que este año el Centro Andaluz de las Letras dedica a Emilio Lledó.
Y por supuesto unas felices fiestas llenas de paz y libros.

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